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Biografía

La Emperatriz de los Elementos

Por John O'Bryan

Biografía[]

Como la hija menor de la familia gobernante, Qiyana creció creyendo que nunca heredaría el trono de Yun Tal. Mientras sus padres gobernaban Ixaocan, una ciudad-estado ubicada en las profundidades de la selva de Ixtal, criaron a sus hijas para que los sucedieran, educándolas acorde a las nobles tradiciones de su aislada nación. Preparadas para gobernar antes que ella, las nueve hermanas mayores de Qiyana recibieron más atención que ella, quien anhelaba encontrar su propio lugar significativo dentro de su familia.

Ese lugar se volvió claro el día en el que la joven Qiyana comenzó su instrucción en la antigua magia elemental de Ixtal. Poco después de comenzar con las lecciones, se dio cuenta de que poseía un talento extraordinario. A pesar de que Qiyana solo tenía siete años, dominó técnicas avanzadas en pocas semanas, mientras que algunas de sus hermanas aún batallaban con los niveles básicos tras años de estudio.

Qiyana superó a sus hermanas en las artes elementales una por una; mientras más progresaba, más resentimiento cultivaba. ¿Por qué sus padres se esforzaron tanto en la educación de sus hermanas, quienes eran inferiores a ella? Cada vez que las elegían para presidir grandes rituales que ocultaran Ixtal del mundo exterior, Qiyana mostraba su frustración y se peleaba con ellas para probar su valía. No pasó mucho tiempo antes de que Inessa, la hermana mayor y sucesora inmediata, se convirtiera en el blanco de las agresiones de Qiyana.

En vez de apaciguar el conflicto, Inessa se enfureció por la insolencia de su hermana, quien era doce años menor que ella. Mientras crecían, sus palabras comenzaron a subir de tono, hasta llegar a amenazas físicas por parte de Inessa, así como un desafío por parte de Qiyana: decidirían quién era la más fuerte en un combate ritual, para que todo Ixaocan se enterara, y para ganar la sucesión de sus padres. Inessa aceptó el reto para enseñarle a su hermana una dosis bien merecida de humildad.

Cuando la contienda terminó, Inessa nunca más volvería a caminar, mas Qiyana estaba de pie, ilesa.

Estaba ansiosa por ocupar su lugar como la heredera legítima, pero los padres de Qiyana estaban furiosos por sus actos. Le negaron el premio; la tradición decretaba que Qiyana siempre sería la décima en la línea para heredar el trono de Yun Tal. A pesar de que la noticia fue amarga, Qiyana descubrió que el duelo había popularizado su destreza elemental por todo Ixaocan. Por fin había conseguido aquello que la había eludido por tanto tiempo: respeto.

Ese respeto se convertiría rápidamente en una adicción. Qiyana sentía una urgente necesidad de ser reconocida por su excepcional talento. De hecho, con el apoyo de todo Ixaocan, ella debería poner al mundo en su lugar con su poderosa magia elemental. En cambio, en vez de apoyarla, se estaban escondiendo de exploradores extranjeros y de mineros que estaban extirpando la selva en sus fronteras.

En la corte de sus padres, Qiyana expuso sus ambiciones: ahuyentar a los mineros y restaurar las tierras. Sus padres rechazaron su idea. El contacto con los "foráneos" traería odio, guerra y enfermedad, arriesgando aquello que su dinastía había protegido durante siglos. Qiyana se inquietó, impaciente por demostrar su fuerza al mundo, por lo que se empecinó en probar que sus padres estaban equivocados.

Actuando en contra de su voluntad, Qiyana asaltó el asentamiento minero; mató a todos los mineros, excepto a uno. Mientras los ojos del hombre brillaban intensamente de miedo, Qiyana supo que él difundiría su mensaje: él les contaría a todos en su Pilt-óver acerca de la gran elementalista que destruyó su mina.

En Ixaocan, Qiyana se atribuyó con gusto la masacre, lo cual enfureció a sus padres. Ellos le comunicaron que los comerciantes piltovianos estaban enviando nuevos mineros y guerreros a la selva. Los padres de Qiyana no se arriesgarían a que su desobediente hija atrajera aún más foráneos hacia sus fronteras, por lo que, con pena, ordenaron que fuera encarcelada por su crimen.

En el momento en el que la llevaban detenida, varios elementalistas de la corte acudieron en defensa de Qiyana. El talento elemental que ella había demostrado en la selva no tenía precedentes, por lo que convencieron a sus padres de que Qiyana debía ayudarlos en la protección y defensa de la ciudad. Qiyana fue liberada tras haber jurado una lealtad renovada a sus mayores y prometido que nunca más cruzaría su camino con el de un foráneo.

Conforme aumentan sus admiradores, quienes manifiestan su apoyo hacia ella, Qiyana por fin se ha dado cuenta de cuál es su verdadero lugar en el mundo. Es poseedora de un poder más fuerte que el de la tradición, por lo que subirá en la escalera de la sucesión, cueste lo que cueste.

Ella es la mejor elementalista que el mundo haya visto jamás. Ella es la inevitable gobernadora de Ixaocan y la futura emperatriz de todo Ixtal.

Referencias[]

  1. REDIRECCIÓN Plantilla:Listaref
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